Muy popular en la actualidad, la dieta cetogénica (muy baja en azúcar) promete una serie de beneficios para la salud.
El principio básico es reducir drásticamente la ingesta de carbohidratos y centrarse en las proteínas y las grasas para conseguir una baja carga glucémica. Por lo tanto, el cuerpo utilizará las cetonas como combustible y creará la energía que necesita a través de la neoglucogénesis , es decir, a partir de las proteínas.
Consumir grandes cantidades de azúcar tiene un efecto devastador en el organismo. Cuando comemos alimentos ricos en carbohidratos, la insulina (la hormona que regula la glucosa en la sangre) debe regular la carga de azúcar en la sangre. Si este trabajo no se realiza, la glucosa se almacena en el cuerpo en forma de grasa. Este fenómeno es el origen de la diabetes de tipo 2.
Keto (ceto) y Low-Carb (bajo en carbohidratos) a menudo se agrupan y se utilizan como sinónimos: sin embargo, aunque ambos se refieren a la reducción de carbohidratos, no deben utilizarse indistintamente, ya que ambos tienen sus reglas" y pueden utilizarse para diferentes propósitos.
El Keto
Un adulto medio que siga las guías dietéticas convencionales puede consumir hasta 350 gramos (lo que significa muchas calorías) de hidratos de carbono al día (o más, si sigue el consejo de comer entre el 45% y el 65% de las calorías diarias de este tipo de alimentos). Y no hablamos de comida basura, sino de alimentos con almidón, trigo, zumos de frutas, pasta, bollería, etc.
En cuanto a la ceto, el límite va a estar entre 20 y 50 gramos de carbohidratos al día, aunque la información en internet habla de estar por debajo de 20 gramos para estar en cetosis nutricional. Esta idea se basa en el hecho de que podría inducir la cetosis más rápidamente, así como impulsar la pérdida de peso más fácilmente. Sin embargo, se puede lograr la cetosis comiendo 50 gramos de carbohidratos procedentes de las verduras y algunas frutas.
Tenga la seguridad de que los alimentos ricos en grasa contienen los nutrientes que su cuerpo necesita para funcionar correctamente.
Cuando se come bajo en carbohidratos, éstos se limitan a unos 100-130 gramos al día , procedentes en su mayoría de verduras y algo de fruta (llamada fructosa). Por lo tanto, la ingesta de grasa será menor que en ceto, ya que habrá más carbohidratos en un día. Los beneficios: es ideal para quienes no quieren pasar directamente a la ceto estricta, para tener más opciones de fruta o verdura, para las personas que ya han logrado su objetivo de pérdida de peso con la ceto, y también para algunos diabéticos, especialmente los de tipo 1 (siempre consulte con su médico).
La historia comienza mucho antes de nuestras modas actuales: al menos 500 años antes de Cristo, el ayuno ya se utilizaba como remedio para la epilepsia. En la década de 1920, buscando una alternativa para imitar el metabolismo del ayuno, los médicos crearon la dieta cetogénica, para poder tratar esta enfermedad, especialmente la epilepsia refractaria en niños . Los resultados de sus experimentos son sorprendentes.
En 1972, el investigador Livingston explica que un estudio que siguió a 1.000 niños durante las décadas anteriores muestra que el 52% ya no tiene convulsiones, y el 27% consigue controlarlas mediante el consumo de alimentos con bajo contenido en carbohidratos.
Durante el siglo XX, se propondrán diferentes alternativas sobre este tema: más estrictas para los niños mayores, a base de MCT (triglicéridos de cadena media, o triglicéridos de cadena media) y con un poco más de hidratos de carbono para los niños más pequeños, lo que les ayuda a mantener este patrón dietético. Con la masificación de los fármacos para la epilepsia, la ceto está un poco olvidada, salvo en los casos extremos que no responden a los fármacos.
En los años 60, el doctor Robert Atkins popularizó una versión de la ceto que restringe mucho los carbohidratos al principio y los reintroduce un poco después de alcanzar un peso saludable. Además, investigadores como Phinney y Volek, ahora llamados los padres de la ceto moderna, comenzaron a publicar trabajos sobre el tema, sobre todo para tratar enfermedades metabólicas, como la diabetes, el síndrome de ovario poliquístico o el hígado graso no alcohólico, entre otras.
Actualmente, científicos o médicos como Tim Noakes , Jason Fung , Andreas Eendfeldt y varios otros publican regularmente contenidos sobre el tema de la baja en carbohidratos y ceto y sus beneficios.
Una dieta sin azúcar no significa excluir el azúcar en sí, sino los hidratos de carbono en general, manteniendo un umbral de unos 20 gramos al día, que provendrán de fuentes naturales, como las verduras bajas en carbohidratos, las semillas oleaginosas y algunos productos preparados que siguen los principios de este tipo de dieta.
La mayoría de las personas comienzan una dieta sin azúcar para perder peso. Sin embargo, los beneficios de las dietas Low-Carb y Keto van mucho más allá e incluyen:
